¿Es la familia un agente natural de reproducción del orden establecido? Así era el caso bajo el Antiguo Régimen, cuando el padre de familia recibía del soberano la garantía efectiva de su poder, al que a su vez aseguraba como compensación la obediencia de sus súbditos. Sin embargo, a partir de mediados del siglo XVIII, este equilibrio empezó a romperse. Cuando la riqueza, y por tanto el poder, pasó a ser una cuestión de producción y ya no de gasto o saqueo, fue necesario economizar los cuerpos y gestionar las poblaciones, y por tanto intervenir en la familia. Tal es el papel de la policía, entendida entonces en un sentido mucho más amplio que su versión represiva actual: una ciencia de la felicidad al servicio del poder nacional. En el siglo XIX, este poder adoptó las múltiples caras de la filantropía: paternalismo en las empresas, moralización a través del ahorro, higienización a través de la medicina. Todas estas prácticas convergieron a principios del siglo XX en la creación del llamado sector social. Y, de este sector social, la familia es el epicentro. Por un lado, fue objeto de empresas higienistas que desestabilizaron la autoridad patriarcal para infundirle normas que garantizaran la conservación, la calidad y la disponibilidad social de los individuos. Por otra parte, es un punto de apoyo para una moralización de las relaciones a través del ahorro, la educación y la sexualización.

El éxito del psicoanálisis puede entenderse por su capacidad operativa en este nuevo ordenamiento de la relación familia-sociedad. Su pertinencia para los individuos, las familias y las instituciones reside en un discurso que introduce un principio de circularidad entre la ambición familiar y las exigencias normativas de los aparatos sociales y, por tanto, un método que permite sacar al individuo de la familia y devolverlo a ella. Entre lo jurídico y la norma, Freud establece un instrumento contemporáneo de regulación, homólogo al de Keynes, entre lo “social” y lo económico.

JACQUES DONZELOT, nacido en 1943, es un historiador sociólogo y urbano. Fue profesor ayudante en la Universidad de Nanterre, en 1970. De 1990 hasta 1993 fue Asesor Científico del “Plan de Urbanismo, Arquitectura Construcción” Desde 1999, dirige el PUF una colección titulada “El debate en la ciudad” hasta enero de 2008. Es autor de La policía de las familias (1998), L’invention du social (1994), L’État animateur: essai sur la politique de la ville (1994), Faire société: la politique de la ville aux États-Unis et en France (2003) y L’esprit de la ville (2006).