¿Qué es la locura? ¿Cómo nos afecta? ¿Cuál es su relación con las normas y las presiones sociales, con las tensiones cotidianas? ¿Se entiende lo mismo por locura en todas las culturas? El tabú impuesto sobre este tema en nuestra sociedad, supuestamente abierta y tolerante, nos priva de entender la locura, de comprender su relación con nuestro mundo social.
Vemos que cada vez hay más malestar, depresión, angustia… la causa está en el entorno que vivimos y que interiorizamos. Saber reconocer la opresión sufrida es necesario para liberarse y darse cuenta de que este malestar es algo muy extendido. La locura tiene mucho que ver con la soledad y la incomunicación, con una vida en la que la precariedad psíquica, social y laboral repercuten la una sobre la otra.
La imagen que toma hoy la psiquiatría no es tanto la del sujeto encerrado y atado a una cama (aunque esto sigue ocurriendo), sino la medicación masiva de la sociedad. La psiquiatría reduce las enfermedades mentales a un problema orgánico o neurológico, y propone unas instancias de socialización terapéutica que sirven para domesticar a los que considera inadaptados, recomponiéndoles un perfil de personalidad adecuado a las normas sociales dominantes.
En los años 60 y 70, en pleno auge de la contracultura y las alternativas al estilo de vida capitalista, se desarrolló una nueva forma, común a otra culturas, de comprender el sufrimiento psíquico, y también la locura como un proceso dialéctico de reconfiguración personal, para encontrar un camino propio; una rebelión, individual y a menudo desesperada, contra una vida insoportable, pero que tiene salida. Y se llevaron a cabo proyectos basados en comunidades terapéuticas horizontales, con resultados sorprendentes por ejemplo sobre la esquizofrenia. Este movimiento (la antipsiquiatría) no lucha solo contra la psiquiatría hegemónica, sino contra la sociedad en la que esta se inscribe: una sociedad alienante, castradora y una forma de pensar masificada, impuesta. La antipsiquiatría se postula contra las sublimaciones de la opresión en diferido.
Esta antología está concebida para dar al lector una perspectiva amplia de las ideas de aquel momento tan potente, ideas que vuelven a estar de actualidad; y aborda temas propios de la contracultura, como la familia, el desarrollo personal, la autonomía colectiva, la relación individuo-sociedad, o institución-poder. Es una selección de escritos de diferentes autores, de las corrientes críticas más representativas: Basaglia, Laing, Schatzman, Goffman, Guattari, Castel o Foucault. Y en esta edición, también otros como Artaud, Casilda Rodrigáñez o el poeta Leopoldo María Panero. Una buena introducción para entender la relación que hay entre el malestar personal y el social.